Tú un folio en blanco, yo un bolígrafo con la mitad de la tinta. Tú un libro a medio leer, yo una lectora empedernida. Tú un café sin azúcar, yo el edulcorante que te hace falta. Tú una botella de ron, yo intentando olvidar. 'Él era un libro en blanco, ella la mejor escritora.' Yo necesitaba palabras, tú eras mi inspiración... ¿Te das cuenta de lo mucho que nos necesitamos el uno al otro?
¿Te das cuenta de que sin tus manos recorriendo mi piel, no puedo vivir? ¿De que vivo y muero por morderte los labios después de un beso largo? ¿De que los besos de otras bocas no saben iguales?
Esta noche he tenido que dormir con la luz encendida porque me han hablado de uno de esos monstruos. Y tenía miedo. Porque me han dicho que no ibas a volver nunca, que jamás te volvería a ver si apagaba la luz, no sé si me entiendes. Y no quería, no quería dejar de ver esos ojos de cielo, no quería dejar de ver tu lunar en el cuello y no quería dejar de sentir tus dedos recorriendo mis finos labios rojos y haciéndome sentir única.
Se ve que ese 'monstruo' existe de verdad, porque ya no estás. Y ahora no sé lo que hay que hacer para que vuelvas... Ni para que vuelvas a perder el control entre mis sábanas.
Ya no sé qué hacer para dejar de morderme la vida. Para dejar de morder los recuerdos y sacarlos a la luz otra vez. Para dejar de autodestruirme viendo fotos antiguas...
Y aquí sigo, son las 12:38, es de noche y hace calor, y yo desvelada por haber soñado que me acariciabas...
Supongo que esta reflexión debería llevar tu nombre, porque no hago más que hablar de ti, pero ya que no puedo titularlo de esa manera, y no puede llevar ningún otro título que no sea tu nombre, he decidido llamarlo: 'Sin título.' Porque hay muchas cosas de las que no sé el título y esta es una de ellas...
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