Que me mates. O que te mate a ti mi presencia. Matarme
contigo si te mueres, ya sabes, una vez nos lo prometimos todo.
No me queda nada, mis piernas tiemblan cada vez más, el
Imperio ha caído pero el Rey sigue vivo, y tú (por gracia o desgracia) eres el
Rey de mi Imperio, de ese Imperio que no hace más que palpitar dentro de mí y
que me atormenta y va cada vez más rápido si siento que miras en mi dirección.
¿Qué puedo perder ya más de lo que he perdido? Eso me
pregunto día tras día. Intento hacer algo para que mi corazón vuelva a
funcionar, pero no sé, va en sentido contrario al mundo, cuando quiero olvidar,
recuerda y cuando quiero odiar, ama. Y yo no tengo la culpa…
Ni siquiera hubo ‘beso del adiós’, qué va. Ni siquiera una
carta o una despedida en condiciones. Ni siquiera una última lágrima porque
todas van de seguido y nunca hay fin en ellas. Tampoco hubo un final en un
abrazo, ni un gesto con la mano de ‘adiós’, ni un ‘hasta pronto’, ni un ‘hasta nunca’, aunque sé que puedo
leerlo entre líneas, y eso me duele más que cualquier tipo de herida… Me duele
más que todo, o más que nada.
Y ojalá no me dejases ir, ni me dijeses adiós, pero estás
dejando que eso pase, y si nadie me recuerda… Ya sabes lo que dicen: ‘si nadie
te recuerda habrás muerto’. Y la muerte no me gusta… Tomas tu vida y sin
saberlo estás tomando la mía, y a nadie le importa.
Ves la vida pasar; los niños sonriendo con su helado en la
mano mientras con la otra agarran a su padre o a su madre; a gente en silla de
ruedas por la razón que sea; sonrisas de todo el mundo; música de fondo; gente
leyendo revistas, periódicos o libros; gente peleándose mientras se gritan con
rabia a tres centímetros; peleas que acaban en un beso; gente llorando sola;
gente dirigiéndose a reparar sus vidas, o elegir sus futuros; y tú… tú que te
sientes perdida en todos los aspectos de la vida y sin quererlo estás dejando
la vida pasar y llevarse a tu gente con ella mientras a ti te deja atrás…
Mientras te deja aparte. Mientras pone punto y aparte en tu vida cuando tú sólo
quieres estabilidad y ponerle punto y seguido a la vida; al amor, a la amistad,
a la familia…
Sin embargo el final sale solo, te recomiendan pasar página
pero sin quererlo has cambiado de libro y no te has dado cuenta, y tú no
quieres eso, tú quieres que todo siga como antes, que todas las palabras y
promesas que se hicieron se cumplan y que las malditas ganas que tienes de
pasar la vida a su lado dejen de atormentarte y dejes de escribir cosas sin
sentido porque lo que te daba sentido a la vida ha desaparecido y no sabes qué
hacer con nada de lo que está sucediendo.
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