Era real el sentimiento de catarsis.
De que la tiemblen los huesos tan solo de pensar en un "nosotros".
Sentía el dolor en cada entresijo de su cuerpo.
Ella era sencilla a simple vista, muchos dicen que le gustaban las cosas prácticas.
Pero en su interior,
en su interior emanaba un lobo feroz.
Y su cabeza no era lo más alborotado del lugar.
Cuando Philia conoció a Phobos fue un encuentro sideral,
y a Philia no se le ocurrió otra cosa que susurrarle a Phobos:
En un viaje astral
sé que tú me guiarás,
y quizás con la ayuda del viento mistral,
encontrarme podrás.
Phobos le sonrió a Philia.
Y allí comenzó la historia sin fin de la cual todos querrán hablar.
Continuará...
Te felicito Alba. ¡Está genial!. :)
ResponderEliminarMuchísimas gracias, eso intento. Me alegra que te haya gustado. ^^
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