martes, 15 de mayo de 2012

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Todo empezó con un "hola", una mirada y una sonrisa que me hacía cosquillas por todo mi cuerpo.
Después llegaron esas estúpidas ganas de abrazarte fuertemente y no soltarte jamás, esas ganas de clavar mi mirada en la tuya y no parpadear, porque tus ojos son los más bonitos que he visto nunca. Y nunca los voy a poder olvidar.
Más tarde me fijé en tus labios, esos carnosos y apetecibles labios, rojos y me entraron unas impresionantes ganas de besarles, de no separar mis labios de los tuyos.
Dos días después te busco y no te encuentro, me rallo y no hablo con nadie... Pero una sonrisa me emociona al ver una petición de amistad en "Tuenti", y es tuya: "hola."
Te acepto, no hablamos, simplemente no paro de mirar tu perfil.
Pero un mes después me olvido completamente de ti, no sé por qué pero no me llamas la atención...
Dos meses, todavía sigo pensando en cómo comenzó nuestra conversación, ahora eres mi amigo, qué raro, ¿no? Contigo sonrío, te cuento las cosas, me las cuentas tú... Y nos hacemos íntimos. Pero algo falla, me vuelvo a pillar por ti...
Han pasado cuatro meses de conocerte y me estoy obsesionando con mirar tu perfil una y otra vez, y otra más por si acaso.
Ahora me rallo más que antes, consigues sacar esas lágrimas que hacía tiempo que no salían, tal vez, desde verano del año pasado. No, esas lágrimas ya no habían vuelto a salir desde entonces.
Quedamos, hablamos, nos conocemos más, hablamos cada día, cada noche, cada madrugada...
Te echo de menos, ya hace unos días que no cruzamos palabra, y no entiendo por qué, nos hemos ido distanciando poco a poco y eso no me gusta nada...
Te hablo, no te hablo...mierda, te desconectas.
Ha pasado ya un mes y todavía te sigo echando de menos, nuestra forma de ser ha cambiado demasiado desde hace unos días y en fin... Ya no eres el mismo de siempre.
Pero ya no importa, tengo que olvidarte, tantas ralladas me afectan y esto no está bien...
Al fin y al cabo, seguiremos siendo amigos.

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