viernes, 27 de abril de 2012

Una mala pasada.

Entré en el hospital  y me dijeron que estabas en la habitación 305, era un pasillo muy largo y una enfermera me acompañaba hasta tu localización. Y ahí estaba habitación número 305, tenía miedo de entrar, porque supe al momento que si estabas allí no ibas a tener buena cara, ibas a estar incómodo y quién iba a saber lo que te pasaba...
Entré y ahí estabas, dormido, con cara de enfermo, de dolor, te habían puesto suero y me daba miedo que fuese algo grave, tu mano asomaba por debajo de la sábana blanca y yo te la cogí y comencé a llorar, te apreté la mano con fuerza, pero sin hacerte demasiado daño; lo justo para no dejarte escapar nunca más.
Te susurré al oído que te quería, y te dejé la carta que te estuve escribiendo durante mi visita, mientras dormías, en ella ponía textualmente:

"Hola, sé que se te va a hacer raro leer esta carta, y más viniendo de mi, pero quiero decirte que he sufrido mucho por tu estado, no sé qué te pasa, he tenido que mentirles a las enfermeras y decirles que era tu prima para que me dejasen pasar. Necesitaba verte, te he cogido de la mano, y la tenías fría, más bien, congelada.
Echo de menos mirarte cuando pasas por los pasillos del colegio, echo de menos sonreírte y llamarte: 'payaso', en plan cariñoso. 
¿Por qué te digo esto ahora? Porque lo necesito, no puedo estar sin ti, sin picarte, sin verte más de dos días seguidos y sin hablar contigo aunque solo sea un 'hola'.
Te voy a decir una cosa, pero me tienes que prometer que vas a creértelo y que vas a responderme a esta carta... Te quiero, y no como amigo, estos meses después de conocerte me he enamorado de ti, me he quedado petrificada cuando me hablabas y cuando me sonreías, ¿no te diste cuenta nunca? Eres lo más importante que tengo ahora y pase lo que pase, quiero que sepas que voy a estar a tu lado."

Han pasado tres días, quiero ir a verte, habitación 305, todavía lo recuerdo.
Llego al hospital, me dirijo a tu habitación, pero no estás, ¡Dios mío! Te necesito y necesito una respuesta y ¿no estás? 
Le pregunto a una enfermera y me dice que te han traspasado a la UVI, pero, eso es malo, ¿verdad?
¿Qué te ha pasado? Le digo a la enfermera que necesito verte, pero me dice que no puedo pasar.
Ella no mira, me escapo, dirección: UVI.
Hay muchos pacientes, pero casualmente hay una lista y veo tu nombre, sección 2, habitación 1, pero, hay un problema, estas en la lista de: 'estado crítico'.
Me estoy asustando. Mierda. Viene un médico, me he puesto un traje verde, para poder pasar a tu habitación y verte de cerca... Dicen que con esos trajes se puede pasar a la habitación ¿no?
Te veo, pero la habitación está cerrada, tienes una máquina a tu lado, y no parece nada bueno...
Decido arriesgarme y le pregunto a un médico qué es exactamente lo que te pasa, le digo que soy 'tu prima'.
Dice que estás en coma, que no saben qué ha pasado, pero me ha dicho que le dio una carta antes de quedarse en coma, dice el médico que es para mi, si de verdad soy su prima. Se la arrebato de las manos inmediatamente y comienzo a llorar, la leo:

"Hola pequeña, me ha alegrado mucho ver esta carta, y sobre todo tuya, aunque no solamos hablar diariamente yo también te echo de menos, estos últimos meses te he cogido un cariño impresionante y necesito decirte que me gustas. No sé qué me pasa, el pasado jueves me mareé y los médicos dicen que tengo que estar en observación para que me hagan pruebas, no te preocupes, seguro que no es nada malo.
'Hey', después de que pase todo esto, podríamos intentar algo, ¿no crees? Sería perfecto. Espero tu respuesta. Te quiero"

Recupero la consciencia y el médico me pregunta: 
-¿Te encuentras bien? A ver si ahora vamos a tener que ingresarte a ti...
-Lo siento, es todo muy difícil...
-Lo sé, pequeña, pero tienes que ser fuerte, tu primo saldrá de esta...
-Ni siquiera es mi primo, usted no lo entiende.
-No me hacen falta palabras, tus lágrimas lo dicen todo, le quieres, ¿verdad?
-No se imagina usted cuánto...
-Te informaremos de su estado, pero no puedes volver a entrar aquí, está prohibido, sé que te hace falta verle, pero es imposible, hoy te lo he permitido porque es el primer día pero no debes entrar más.
-De acuerdo señor, pero todo esto es muy duro para mi... 
-No me llames señor, que solo tengo 'cuarenta y pocos', me llamo Sebastián.
-Muy bien Sebastián, gracias por todo, ya me voy, pasaré por aquí cada día y preguntaré por usted para que me diga cómo va él... Gracias otra vez, ¡hasta pronto!
-Bien, te informaré, tranquila. Gracias a ti, no pasa gente así todos los días, la mayoría de la gente no entiende que nosotros no salvamos vidas, nosotros lo intentamos. ¡Hasta muy pronto!
 

He llegado a casa y me he tumbado en mi cama, no puedo más, no hay fuerzas... La raya de mis ojos se ha desvanecido, pero no me importa, ahora mismo solo quiero que se recupere...

He ido varios días al hospital, he hablado con Sebastián, ha pasado una semana y aún sigue en coma... Eso es malo, muy malo... No me gusta nada.

Un mes, voy a ir a preguntarle a Sebastián... Ni siquiera me he maquillado, ya no tengo ganas de nada, tengo los ojos rojos por llorar tanto y por el insomnio, hace dos días que no pruebo bocado y me alimento a base de agua... Me afecta mucho. 

-Lo siento, ya no está en la habitación, ni en la UVI... - me dice Sebastián.
-¿Qué? ¡No me puedes hacer esto, le necesito! ¡No habéis hecho todo lo que podíais! ¡Deberíais de haber intentado más soluciones! - digo con lágrimas en los ojos.
-Está en casa. Tranquilízate, no me habías dejado acabar. - dice sonriendo Sebastián.

Lo reconozco, estoy llorando. Le he pedido disculpas a Sebastián por gritarle tanto, las ha aceptado. Estoy corriendo, no tengo respiración, pero las fuerzas que me quedan las utilizo para ir a buscarle. ¡Le estoy viendo! Sale de su panadería habitual con un pan bajo el brazo, corro, corro, corro más, le abrazo, necesitaba su tacto. 

Dos días más tarde.
Hemos hablado sobre todo esto, ¡estamos saliendo! Me ha explicado lo que le había pasado... ¡Un gran susto!
Me ha dicho lo mucho que me quiere, esto va a durar mucho tiempo, lo sé. Ahora sonrío todos los días, y él a mi lado también, sé que me quiere, y que le amo. 
Sebastián (el médico) me ha dicho que tenga cuidado con él, que puede sufrir mareos, que le cuide bien y que vigile sus comidas para ver si mete las vitaminas necesarias en su dieta, hasta dentro de un mes no va a poder volver a jugar al fútbol, pero no le importa, porque me tiene a mi para acompañarle en sus tardes solo.

Un tiempo después.
Llevamos un año y tres meses juntos, y esto va 'viento en popa', cada día le quiero más, no ha vuelto a tener ningún problema con su salud, pero sigo cuidando de él. Sus padres, ya me conocen; y mis padres a él también. De hecho, nuestros padres a veces quedan para tomar el café y se llevan muy bien.
Me alegro mucho de que mi novio esté bien, y sobre todo de haber empezado algo que será eterno a su lado.
Le quiero.


domingo, 22 de abril de 2012

se perdió el amor.

Aquella noche, acabé con lágrimas en los ojos. Con unas negras lágrimas que caían por mis mofletes y que me quitaban la raya negra de mis ojos verdes...
Puse la única canción en mi reproductor que me hace llorar de verdad y acabé recordando esos momentos a su lado que me hacían sonreír, y con una botella de vodka en mis manos comencé a beber a palo seco, secando con el pañuelo que él me prestó cada una de las lágrimas que salían de mis ojos por recordarte...
Esa noche fue la peor de todas, me quité los tacones y me senté en el sofá del comedor con la botella bajo mis brazos y ese álbum de fotos que teníamos juntos, su canción favorita no dejaba de sonar, fueron 3 minutos insoportables.
Mi cabeza daba vueltas a todo lo que tenía a mi alrededor y yo pensaba que estaba loca, pero eran los efectos del alcohol, llevaba media botella bebida y tan solo dos minutos sollozando como una tonta.
Esa noche le perdí, él se largó, tomó el camino incorrecto y me dejó como si de un perro abandonado se tratase...
Y al final lo que queda es una botella de alcohol medio vacía, al lado de un álbum de fotos quemado por la ira.
Y vi cómo ese álbum se prendía por dentro, abierto por el medio de las fotos, dejando al descubierto mi última sonrisa junto a él... Dejando al descubierto el amor, que poco a poco se acabó y me dejó vacía como esa botella que se terminó, con la última frase de aquella canción de amor. 
Lo último que escuché fue un 'te quiero' y me desvanecí, ahí, en el sofá de mi casa, quieta como un koala cuando duerme, quieta como un beso que se queda atrapado en una foto. 

sábado, 14 de abril de 2012

Que lo que quiero es que vengas y me des un beso sin control alguno.
Que vengas con una sonrisa y me digas que me quieres, que quieres estar conmigo hasta la muerte.
Y que te sientes a mi lado cuando me veas cabizbaja y me digas: "¿qué te pasa?". Y yo responderte: "te he echado de menos todo este tiempo". Fundirnos en un beso de esos en los que se para el tiempo y querernos.
Es que no puedo, es imaginar una vida junto a ti y que me salga automáticamente la sonrisa más bonita, de oreja a oreja, que me tiemblen las manos y sentir mariposas en el estómago.

A veces, siento que debería olvidarte, pero no puedo, soy incapaz, te quiero mucho y te he cogido tanto cariño que echo de menos hablar contigo, quedar contigo, y reírme contigo.
No puedo soportar la forma en la que miras a las demás chicas y en la que me miras a mi, pero no puedo hacer nada, porque tú y yo solo somos amigos, no tengo razones para estar celosa, porque no somos novios...



martes, 10 de abril de 2012

Es un sin sentido.

Que cuando se te rompe el mundo en pedazos, tienes que ser fuerte y soportarlo, recoger todos los pedacitos de este mundo y volverlos a colocar todos en su sitio, volver a empezar desde cero.
Por muchos sentimientos que humedezcan tus ojos, tienes que ser fuerte, y aún con lágrimas en los ojos ser fuerte y decir con una sonrisa: 'estoy bien'.
Por muy mal que estés, por muy triste, siempre hay alguien que te saca una sonrisa, que te ayuda a no pensar en ese problema que tienes en mente.
Sé que es difícil, yo misma lo estoy viviendo ahora, estoy viviendo un amor imposible, que llevo más de cuatro meses 'pillada' de él, de su dulce sonrisa, de sus apetitosos besos... Que él no se da cuenta del daño que me hace cuando nos enfadamos, o simplemente cuando está con otras... No se hace ni una mínima idea de lo mucho que me duele, todo es tan sumamente difícil sin él a mi lado...
Podemos vivir sin azúcar, podemos vivir sin móviles, podemos vivir sin ordenador, o sin televisión, pero no podemos vivir sin amor.
Nunca, jamás en la vida me había pasado esto con alguien, tengo ganas de verle todo el tiempo, de quedar con él, de hablar con él, de reírme con él, de picarme con él, tengo ganas de él.
Y es que siento 'mariposas en la barriga' cuando paso por su lado, cuando el viento me susurra su nombre, o cuando suena su canción favorita en la radio o en mi reproductor de música...
Y sé que duele, duele mucho cuando él no siente lo mismo, cuando él solo te ve como una simple amiga, o ni siquiera eso... Cuando te mira, te sonríe y te dice: 'hola'; se te hace el corazón más grande, palpita rápida y fuertemente, y lo sientes, sientes que es él...
Pero a pesar de todo, no te quiere, y sonríes, sonríes porque sabes que al mundo le gusta verte feliz, sabes que si no sonríes tus amigos van a preguntarte qué te pasa y no tienes ganas de dar la misma explicación una y otra vez...
A pesar de todo, le quieres y él no, y lo que queda es nada.
Pero tienes que saber que, si una chica te quiere, a pesar de todo lo mal que se lo has hecho pasar, ella es la elegida, es ella.
Sonríe, vale la pena ser feliz.

jueves, 5 de abril de 2012

Déjame saltar sobre la arena, volverme loca, dar vueltas escuchando mi canción favorita, sintiéndome libre, perder mi tiempo hablando contigo, déjame.
Salir de mi casa, ir a verte al colegio, recogerte a la salida, llamarte 'imbécil' y querernos.
Déjame soñar, que para eso soy libre, déjame coger cerillas y quemar mi libro favorito, para que así se convierta en infinito, en cenizas.
Déjame salir de fiesta, divertirme, cogerte de la mano y bailar como locos.
Déjame ser feliz, darte un beso en la boca y saborear tu último trago de coca-cola en tus labios, déjame susurrarte al oído lo mucho que te quiero y lo mucho que lo voy a hacer, déjame pintarte en la palma de la mano un símbolo infinito y apriétalo con fuerza contra tu pecho, es solo tuyo.
Déjame ser tuya.

martes, 3 de abril de 2012

.

Es el principio de algo grande, algo se avecina, perdemos el control y nos cogemos de la mano.

Es amor, es eso que sentimos el uno por el otro. Eso que nos hace abrazarnos, querernos, dibujarnos un infinito en la espalda y recordar una fecha.

Y somos como Romeo y Julieta, nos escondemos de la gente que nos hace daño, pero aún así, somos felices, somos personas y sentimos lo mismo el uno por el otro.

Published with Blogger-droid v2.0.4